Dudo que el año 2020 haya dejado indiferente a nadie en el planeta Tierra. Un suceso sin igual en las últimas décadas de nuestra historia desconfiguró nuestra vida tal y como la habíamos conocido hasta ahora. Tengo mis reservas respecto a que vuelva a un estatus similar.
El SARS-COV-2 alteró rutinas diarias ambientadas en un reloj social estresante y exigente. Convulsionó nuestra sociedad y nos mostró nuestras carencias pero también nuestra capacidad de ayudar a los demás. Hemos podido comprobar muchas facetas positivas de nosotros: la amistad, el sostén, la resiliencia, la calidez, el esfuerzo … Todo ello reverberó en forma de aplausos diarios en todos los recovecos de cada hogar. En mi caso supuso un año intenso e inolvidable. Una trama kármica inquinó para que la numerología del 40 se inmiscuyera en mi ordenada vida. Mi 40 aniversario en un año que sumaba 40 ¡pardiez! ¿Crisis de los 40? En Yoga hablamos de ciclos vitales y me encontré inmerso en uno y muy grande, donde me hallo.
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Hubo mucho aprendizaje… y sólo la lírica fue cómplice y aliada para sostener ese momento. Si con Ente Humano reflejé un momento de mi vida de mucha sintiencia: con equilibrio y armonía. Converso de la Prosa recoge sintiencia, pero no versa sobre el equilibrio ni la armonía.
Trata de la polaridad: de la pasion, la inseguridad, de intentar recuperar el centro del ser. Es un documento que refleja la válvula de escape que supuso la poesía en mi caso.
La prosa es capaz de organizar historias que reflejan la creatividad y los alter ego de sus escritores. En mi caso, la prosa significa mi forma de expresar la ciencia, la reflexión y la investigación. Carezco de la habilidad de elaborar intrincadas historias con giros argumentales insospechados, con los que tanto disfruto de otros escritores.
En tanto en la poesía, hallo la forma de llevar a cabo giros acrobáticos de los versos. De forma directa o indirecta se expresan y fluyen los matices que se posan en mi mente, con nuestro lenguaje enriquecido.
Musa tiene mucho que ver en ello. Y a ella la escribo reclamando su presencia, como un prometido nervioso. Resulto hijo pródigo cuando me visitas y me susurras sabidurías al oído…cito en una de ellas. 2020 merece un solo libro. Aún siendo una obra más reducida que sus anteriores hermanas. Es tan intensa e inolvidable como aquellos aromas que se embotellan en pequeños frascos. Como cito en Ente Humano (2018)
…
…Vaporizaría el recuerdo
de eterna fragancia
que amamante el placer de lo vivido
¿Recuerdas?
Como esos múltiples confinamientos que hemos tenido que vivir, quedan acotadas dichas energías en este libro. Les acompaño el texto de imágenes que les permita contextualizar. Son las historias complejas las que generan auténticos aprendizajes.
Espero que les guste este homenaje a mi vivencia del 2020.
Salud para tod@s. Tanto en su cuerpo como en su alma.
Cómo todos los demás libros ,seguro que será un éxito. Yo así te lo deseo
Muchos éxitos por tu bien hacer
Gracias Josefi. Fuerte abrazo