El pasado fin de semana se publicó mi colaboración con el Diario Voz Populi sobre Longevidad y Biohacking . En el artículo que puedes leer completo aquí enfatizo los siguientes aspectos:
1. La personalización y el rol activo del individuo
El biohacking se centra en la personalización. Se basa en la «experimentación directa y voluntaria del individuo sobre sí mismo, convirtiéndose en protagonista activo de su bienestar, en vez de depender exclusivamente de soluciones externas o médicas tradicionales».
2. La tecnología como base
La tecnología es fundamental en el biohacking. «Nos permite intervenir a nivel genético, celular o molecular». La tecnología avanza constantemente, lo que permite medir más aspectos relacionados con el cuerpo y, por tanto, actuar de manera más precisa.
3. Tres tipos de biohacking
- Biohacking nutricional y de estilo de vida: El más practicado actualmente. Se enfoca en cambios en la alimentación (como el ayuno intermitente), el ejercicio, la medición del sueño y el control del estrés.
- Biohacking tecnológico: Utiliza implantes, dispositivos wearables (como relojes inteligentes), sensores y aplicaciones para monitorear y mejorar parámetros corporales.
- Biohacking molecular o biotecnológico: Involucra la suplementación avanzada, la optimización genética y la terapia celular.
4. Impacto en la longevidad
Destaco que el biohacking tiene un «impacto profundo» en el envejecimiento. Invita a ver el envejecimiento «no como un proceso inevitable, sino como algo en lo que podemos influir y evitar». El objetivo es restar años a la edad biológica y favorecer una longevidad saludable.
5. Los riesgos de no supervisión
Importancia de no seguir modas o procedimientos que no se adapten a las necesidades individuales de cada persona. Un uso inadecuado o sin supervisión puede llevar a efectos adversos.